dilluns, 15 d’octubre del 2007

ANILLAMIENTO EN MACASTRE Y GAVILÁN.


13/10/07.

La jornada de anillamiento del sábado en la Estación de Anillamiento "Macastre II", València, estuvo bastante bien, no solo por los anillamientos realizados (que detallo a continuación) sino por una anécdota ornitológica que pocas veces nos brinda la naturaleza y que contaré al final.


Las aves anilladas fueron las siguientes:

Petirrojo (Erithacus rubecula)-3 ex.

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)- 6 ex.

Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala)- 2 ex.

Jilguero (Carduelis carduelis)-6 ex.

Lúgano (Carduelis spinus)-11 ex.


Me encontraba en mi mesa de trabajo en el campo anillando unos petirrojos cuando, de repente y sin verlo llegar, una hembra de gavilán (Accipiter nisus) ha aparecido a no más de 15 metros de donde yo me hallaba persiguiendo a un ave. Todo ha sido muy rápido, tanto que no he podido ver cual era la presa elegida por el accipítrido, ya que solo he podido presenciar el último quiebro de ambas aves y una rápida refriega. Todo esto ha tenido lugar en una pequeña zona de arbustos junto a un pequeño pastizal. Un grito de alarma de un mirlo (Turdus merula) me ha hecho pensar que el perseguido pertenecía a esta especie. Acto seguido, el hambriento gavilán se ha posado en una rama de un Algarrobo (Ceratonia siliqua) a escasos 5 metros de donde había perdido su posible presa y a otros 15 metros aproximadamente de mi lugar. Cerca de 5 minutos han debido transcurrir mientras yo observaba petrificado a la rapaz en la rama, semioculta entre las hojas del árbol. Seguramente con el ajetreo, el ave no se ha percatado de mi presencia, aunque teniendo en cuenta que me encontraba solo, callado, quieto y camuflado por mi vestimenta, puede entenderse en cierto modo la permanencia de la rapaz sin inmutarse. Después se ha sacudido el plumaje como diciendo "hemos fallado, pero hay que seguir buscando una nueva presa", y se ha ido.


Tranquilamente, y transcurridos cerca de 25 minutos, he terminado con las aves que me traía entre manos, y llamado por la curiosidad innata que todo naturalista posee, me he acercado a inspeccionar el lugar de los hechos. Cual ha sido mi sobresalto al verme sorprendido por el potente salto y vuelo de una hermosa perdiz (Alectoris rufa) que durante todo ese tiempo había permanecido inmóvil. Un buen puñado de plumas, en su mayoría del pecho de la galliforme, daban fe de lo ocurrido. El gavilán llegó ha hacer presa, pero la fuerza de la perdiz le sirvió para salvarse. Durante los 5 minutos que la hembra de gavilán estuvo posada por encima de ella a escasos 5 metros de distancia, aun estando al perfecto alcance de su vista, la perdiz, seguramente sabedora de que permaneciendo inmóvil salvaría su vida, así lo hizo.


Hace una semana, la casualidad también estuvo de mi parte cuando, precisamente otra hembra de gavilán intentó capturar sin éxito una golondrina en un parque de Buñol. Varias fintas del hirundínido sirvieron para que la rapaz desistiera.


Mensaje de Marco Matilla en el FORO SVO Aves. Foto de Manu Polo.